Las varices son la dilatación de las venas superficiales de las piernas, afecta principalmente a las mujeres. Entre sus causas es la mala circulación, la obesidad, los embarazos o pueden ser hereditarias.
Hay varios tipos de varices, las más gruesas conocidas como troncos varicosos, las reticulares, las intermedias o las más pequeñas que llamamos arañitas, cada una de ellas requiere de un tratamiento distinto.
Hay varios tipos de varices, las más gruesas conocidas como troncos varicosos, las reticulares, las intermedias o las más pequeñas que llamamos arañitas, cada una de ellas requiere de un tratamiento distinto.
El primer paso es determinar que tipo de insuficiencia vascular presenta la persona. Se le realiza un doppler para conocer mejor su anatomía y ver el funcionamiento de las venas.
Dependiendo de cada caso se las tratara con láser o se esclerosaran. Hay un sistema que combina dos láseres, en el cual uno actúa en menor profundidad que permite cerrar los vasos sanguíneos y otro que actúa en mayor profundidad que es el que coagula.
El paciente recibe en la zona que se trata pequeños disparos simultáneos, que producen una ligera sensación de ardor y un enrojecimiento que pasa en unos minutos.
Los disparos se acompañan de aire frío, que sustituye la anestesia.
La duración del procedimiento va depender de la cantidad de arañitas que tenga el paciente y lo que hay que tener en cuenta es que estas no desaparecen después de la sesión.
Para observar el resultado final por lo menos hay que esperar dos meses. Y la cantidad de sesiones que necesite tomar va depender del tamaño de las lesiones que posea.
En general se hacen unas cuatro sesiones con un intervalo entre ellas de 21 días y un mes.
Para que el tratamiento resulte más beneficioso el paciente debe ponerse unas medias de contención, ya que de esta manera se potenciara el tratamiento, e hidratarse todos los días mañana y noche con aloe vera.
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